mashara es un colectivo de artistas que migran y se mantienen unidos por proyectos de teatro que les permiten investigar y crear juntos desde los rostros e identidades de los viajes. “Mashara” viene de una vieja palabra árabe que designa a la máscara, que evoca la farsa y el juego pero también la búsqueda de él hacia la realidad. Esta extraña elección para una agrupación peruana, desde sus principios casi ocultos había motivado una cierta visión y un modo de vivir el teatro. Algunos años más tarde, trabajando en Sevilla con mujeres gitanas y magrebíes, se reafirmó en este nombre. Para ellas, evocaba un misterio que hay que descubrir y retenía la atención. 

Mashara trabaja en la recuperación del cuerpo. Como la realidad que desafía toda transformación. La ética, la interculturalidad y a trascendencia son prácticas Creadoras son el corazón de sus talleres seminarios y espectáculos. Frente a tanta fractura social, causa de tantos cuerpos maltratados, mutilados, desaparecidos y negados, está el compromiso por poner en el centro al gran negado: el cuerpo, presencia cotidiana de la trascendencia. Es en la interacción entre el cuerpo de la actriz y los objetos–zapatos, licuadora, cajas y tela en “Maremar”,

hojas que llevan listas de desaparecidos y bolso de tela en “Cenizas”, marioneta, hojas y tambor mapuche en “En las hojas de los árboles”, maíces, pluma y aire en “Rebeliones” y la bicicleta en “a-Las de Lata”- que Mashara interroga ¿qué es el ser humano? Mientras dibuja rituales teatrales humildes y densos, para dejarnos con innumerables presencias. 

Por: Raphaèle Fleury

Doctora en Literatura y Civilización Francesa